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El Blog de Sandra Gómez

Cimentando Valores

La vida es un regalo que podemos moldear a nuestro antojo. Somos los responsables de crear la realidad que más felices nos haga. Somos sus constructores, y como tales, construimos nuestro propio mundo como aquellos que construyen edificios. ¿Tienes claro cómo es y será tu edificio? ¿por dónde vas a empezar? Primeramente, debes recordar que antes de poner la primera piedra o el primer ladrillo, necesitas haber inspeccionado el terreno, y cavado un hoyo lo suficientemente hondo para empezar a construir los cimientos de manera sólida, porque, como todos sabemos, si colocamos los primeros ladrillos sobre el suelo, ese edificio no tendrá mucho futuro.

Una vez cavado el hoyo, necesitaremos no cualquiera, sino los mejores ladrillos para comenzar a erigir nuestra estructura. Puede que esto lleve tiempo, años tal vez, pero las prisas no son amigas de las buenas obras, y, cuando sientas que podrías no estar consiguiendo nada, a lo mejor lo que no sabes es que estás forjando algo realmente indestructible sobre lo que apoyarás el resto de tu vida.

Respeto, justicia, disciplina, coherencia, libertad… hay cientos de ellos, sobre los cuales se pueden contar y discutir muchas cosas, pero ¿cuáles son tus valores? Una vez me hicieron quedarme con tres, y resultó ser una tarea muy dura, la pregunta era ¿cuáles son tus tres valores innegociables? Pregúntatelo y siente qué es aquello por lo que no cederías, y los tendrás. ¿A qué no renunciarías jamás?

Todos tus valores, sean los que sean, son los que marcarán tu camino, y es muy importante que los reconozcas. Recuerda que, si uno de ellos es el respeto, lo tendrás tan integrado en ti que nunca te encontrarás siendo irrespetuoso, tus actos serán coherentes con tus valores. Fallar a un valor innegociable es, por naturaleza, imposible, y si se da el caso, es porque aún no los has puesto en orden o reconocido. Tus valores siempre te darán una pista sobre qué caminos tomar, cómo actuar, qué dejar ir… son como nuestros propios pies, andamos por inercia, pero el sustento es el mismo, los pies siguen siendo la base, tus verdaderos valores siguen siendo los cimientos de tu personalidad.

No desesperes si no sabes ahora mismo cuáles son los tuyos, solo debes mirar tus actos, qué te empuja o qué te frena. El mundo necesitará y apreciará todo aquello que honres, ya no solo de palabra sino en la práctica. Tus acciones hablarán por ti, ellas reflejarán esos cimientos en los que está basado tu mundo interior.

Aún hoy es admirable que haya personas dispuestas a decir “no”, personas dispuestas a anteponer ante cualquier situación u ofrecimiento aquello en lo que creen firmemente. Nunca dejes de creer en aquello que sustenta tu ser y tu vida.

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Sandra Gomez • 17 septiembre, 2016


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