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El Blog de Sandra Gómez

En busca de la Felicidad

Felicidad, esa gran y ansiada palabra, y lo que ésta representa. ¿Quién no la oye y la desea? La felicidad es quizás el mayor sueño de cualquier persona. “¿Tú qué es lo que más deseas?” “Ser feliz.” Sí, quizás esta sea la más típica de las respuestas. ¿Tú también quieres ser feliz?, y la respuesta es… ¿y a qué estás esperando?

¿Crees realmente que serás feliz cuando hagas el viaje de tu vida? ¿Crees que serás feliz cuando te gradúes? ¿o cuando te cases? Déjame decirte, querido lector, que no será así. Todas esas experiencias te traerán momentos muy dulces, momentos increíbles y excitantes, experiencias inigualables, pero no felicidad. La felicidad no es una meta que un día se consigue y ya no hay más por hacer o vivir. La felicidad no es un fin, es un medio.

Puede que no puedas saborear la mejor pizza italiana en el centro de Roma, que no puedas pagarte el Máster de tus sueños en Harvard o no tengas suficientes ahorros para la casa de tu vida frente al mar. No mates esos sueños, si trabajas por ellos llegarán, y te brindarán una satisfacción y una alegría inmensas, pero mientras tanto disfruta de una deliciosa pizza casera con los tuyos, aprovecha los miles de cursos y fuentes de conocimiento gratuitos que ofrece internet, o exprime mil aventuras en tu pisito alquilado que puedas contar mañana. Si haces todo eso con una sonrisa, y agradeces por todo ello, la vida te brindará más cosas. Pero como se suele decir “si no eres feliz con lo que tienes, no lo serás tampoco con lo que te falta”.

La felicidad son los momentos que nos regala la vida. Momentos más o menos esperados. Una taza de café en soledad por la mañana mientras estás descalzo, un gesto de apoyo al confesar algo importante, una sonrisa en un momento de necesidad, los rayos de sol en invierno, un abrazo de los que te hacen estremecer… ¿Puedes imaginar más? Seguro que sí, piensa en todo aquello que de repente te provoca sensación de plenitud. La felicidad no es un solo acto, una sola persona. Tienes que ser tú feliz primero y sentirte pleno con lo que eres para poder apreciar lo que la vida te ofrece. No busques esa plenitud fuera, pues solo será un reflejo de tu vida interior. La felicidad son los momentos que vives y el amor con el que los percibes. Es un modo de vida.

Tú eres quien decide si vive feliz o no, no si quiere ser feliz o no, de la misma manera que uno siente la emoción e ilusión al encontrarse desenvolviendo un regalo, y no solo cuando ya lo descubre. Desenvuelve cada momento de tu vida, observa que hay detrás, qué te enseña, qué te aporta, cómo te hace sentir… y ya se verá hacia donde te conduce. Pero si intentas desenvolver un regalo rápido, sí, conseguirás tu objetivo antes, pero te habrás perdido muchas cosas durante el proceso. No te las pierdas, pues esas emociones son las que prevalecen. En esta línea metafórica, recuerda un momento en el que te escondieron un regalo, te dejaron pistas, o te prepararon algún tipo de sorpresa para descubrirlo. Seguro que, cuando lo cuentas a día de hoy, lo haces poniendo énfasis en lo mucho que tardaste en encontrarlo, en las risas que te echaste buscándolo o en la emoción que sentiste a cada paso, y muy seguramente no hablas de otros regalos con el mismo entusiasmo, aunque fuesen más caros e impresionantes.

Tu vida es un regalo, considéralo como tal, desata despacio el lazo, quita lentamente el envoltorio, y deja que esa ilusión recorra cada centímetro de ti. Disfrútalo. Solo vas a abrir un regalo, y es el mejor que podrás abrir. Tú decides el cómo.

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Sandra Gomez • 12 septiembre, 2016


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