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El Blog de Sandra Gómez

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Observa tus Sueños

¡Ay!, los sueños… Parecen cosas de niños, es escuchar esa palabra y parece que evoca infancia y un mundo paralelo a la realidad. Por supuesto, no hablo de los sueños que producimos al dormir, los cuales resultan psicológicamente interesantes, la verdad, hablo de esos que representan proyectos y aspiraciones.

¡Cuántas veces no habremos mirado las estrellas! En una noche de cielos claros, podemos divisar tantas como queramos, están ahí para nosotros. Unas brillan muy intensamente, como si fuesen las dueñas del universo. Otras, en cambio, brillan tímidamente. Y luego están aquellas que, directamente, por lejanía o la razón que sea, son imperceptibles ante nuestros ojos, pero no quiere decir que no estén ahí. Están también las estrellas fugaces, esas que nos provocan tanto sobresalto cuando las divisamos. ¡Increíble! Una oportunidad maravillosa verlas y perderlas de vista tan inmediatamente.

Déjame contarte un secreto: TUS SUEÑOS SON ESTRELLAS. ¿No me crees? Probé a prestarles seriamente atención una vez y lo que descubrí me llevó a esa conclusión. Pude observar, en primer lugar, que, si no levantaba la vista, si no me fijaba, directamente no veía ninguno. La realidad del día a día a veces nos engulle de tal forma que no prestamos atención más que a lo insustancial. Pero en ese momento, como lo habrás hecho tú también, levanté la vista. Pude ver brillar mis sueños más claros con una intensidad increíble. Ahí están parpadeando suavemente para que no me olvide de ellos. Me continúan llamando. Después, vislumbré aquellos que son menos visibles, pero que no se rinden. Esos sueños como viajar alrededor del mundo ¿verdad? Quizás no son tan cercanos, pero están ahí. Ellos saben que no podemos estar a muchas cosas a la vez, que nuestro foco va variando, y esperan. También están esos sueños fugaces que un día nos apetecen tanto que nos va la vida en ello, los queremos aquí y ahora, cuando, en realidad, al día siguiente no recordamos ni que hayan existido. Y especialmente, me llamó la atención pensar en aquellos que no podía divisar. Sabía que había más, pero no podía verlos.

No pude observar estos sueños, pero me quedé pensando, ¿por qué sé entonces que existen? Es sencillo, podía SENTIRLOS. Realmente, son aquellos sueños que probablemente tienen capas y capas de tierra encima, bien porque alguien me dijo alguna vez que no podrían ser, bien porque efectivamente, son más complicados de alcanzar. Pero algo en mi interior me recordó que complicado no es imposible. Me enamoré de estos sueños a ciegas. No lo pude evitar. De repente, les quería más que al resto. He oído muchas veces que una madre ama a su hijo por encima de todo desde el momento en que conoce que lo tendrá. Sentí lo mismo. Reconocí en mí aquellas palpitaciones. Quizás aún no había vislumbrado una silueta, una idea de mis sueños más profundos, pero no quería decir que no estuviesen ahí.

En mi cielo estrellado, todas las estrellas tienen su valor. No sé si existirá esa escalera tan alta que me haga llegar a ellos, pero sé que se puede inventar, que se puede crear. Y si no, cogeré un avión. Cualquier sueño se puede alcanzar. La única condición es que no lo ignores, no olvides mirar hacia arriba de vez en cuando, y, si el cielo está nublado, solo espera y confía.

Sandra Gomez • 5 septiembre, 2016


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Comments

  1. Alicia 6 septiembre, 2016 - 8:17 pm Reply

    Hacia arriba me he puesto a mirar… Lo que consigues con tus palabras, viva linda!

    • Sandra Gomez 7 septiembre, 2016 - 11:40 am Reply

      No dejes de hacerlo nunca, ¡princesa!

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