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El Blog de Sandra Gómez

AsertivaMente

«Si estás atrapado entre tus sentimientos y lo que otras personas piensan que es correcto, siempre decide por lo que te haga feliz, por lo que vibre en tu interior, por lo que tu cuerpo y estómago habla. A menos que quieras que todos sean felices excepto tu».

– Anónimo –

La primera vez que leí esto pensé que alguien me conocía tan bien que había escrito sobre mis pensamientos y sentimientos. Lo que no imaginaba, aunque lo intuyese de alguna manera, es que estas palabras resonaran en las cabezas y corazones de tantas personas que se sentían identificadas con ellas.

¿Por qué nos resulta tan difícil decir lo que pensamos, sin más? A veces, cuando alguien nos plantea un obstáculo o barrera, o critica algo que hemos hecho, tenemos diversas maneras de reaccionar. Esas reacciones pueden ser pasivas, aceptando más lo que otros nos sugieren que lo propio. Este tipo de respuesta es emocionalmente pobre y el sujeto en sí no es sincero, bien por miedo al enfrentamiento, bien por miedo al rechazo, o bien por falta de confianza o autoestima. Es una manera de negarse a uno mismo a favor del resto. Por otro lado, las respuestas pueden ser agresivas, exigiendo comprensión inmediata y mostrando grandes aires de superioridad frente a quienes tiene delante.

Ninguna de estas dos respuestas es recomendable. Si somos sujetos pasivos, concedemos al resto el derecho de sentirse superiores o tal vez incluso culpables, mientras que, si reaccionamos de manera agresiva, herimos o humillamos a los demás. No gana nadie en este intercambio de ideas.

Recuerda siempre que eres un producto de la naturaleza. Procura imaginar que eres un cubito de hielo. Por mucho que intentemos que permanezcas sólido, si estás expuesto a una temperatura elevada, te derretirás igualmente. La asertividad trata de esto, del respeto a tu naturaleza y de la actuación coherente a esta. No tienes que convencer a nadie, no tienes que pasarles por encima o callar y quedar bien. Ser asertivo significa ser honesto y franco con el otro sin atentar de ninguna forma contra él. Al igual que te respetas tú, respetas lo que piensen o digan los demás sin dejar que ello influencie tus decisiones.

Lo ideal sería aprender, ante todo, a decir NO. Es algo muy básico y a la vez, tremendamente difícil para casi cualquier persona. Sería magnífico aprender a mantener un tono de voz adecuado al hablar con otros incluso de temas que normalmente te alteran, o mirar fijamente a los ojos mostrando interés suficiente sin resultar intimidante. La situación correcta y la más beneficiosa para todos es aquella en la que nos sentimos completamente libres para hablar de cualquier tema, diciendo lo que pensamos sin que ello suponga crear conflicto.

Alguien asertivo toma sus decisiones con responsabilidad, no culpa al resto, y tiene clase suficiente para enmendar errores, mantener la calma y ser completamente sincero. Si crees que aún te falta trabajo aquí, no dudes en conocer esta parte de ti. Mereces poder expresar el ser que eres. Recuerda que eres un regalo único para el mundo, no tengas en cuenta lo que los demás crean, eso es asunto suyo. Queremos conocerte.

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Sandra Gomez • 6 octubre, 2016


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