ExPresaMente

El Blog de Sandra Gómez

quiérete

No quiero ni verme…

Quererse cuando no nos gusta lo que vemos.

«No quiero ni verme». Esa es una de esas frases que, desgraciadamente, más he utilizado en la vida, frente al «quiérete» ya tan socialmente extendido.

Para bien o para mal he de confesar que mi cuerpo es un chivato. Increíble mi cara hace unos días, completamente lavada, acusando ojeras y granitos (y la he tenido mucho peor!!) y chivándome que el estrés me requiere. No te voy a mentir, las hormonas tienen que ver, pero tener unos días con la presión más alta y yo mirando hacia otro lado solo puede traducirse en «o paramos o paramos». 

Que conste, me da vergüenza compartir ciertas fotos pudiendo tirar de filtros, pero no hago uso de redes sociales para tratar de imitar a bellezones o modelos, sino para tratar de contarte a ti que si alguna vez te has mirado con rabia o, como me ha pasado aunque no me guste reconocerlo, incluso con rechazo porque estabas viendo algo que no te gustaba, TE COMPRENDO, y no es nada agradable.

Créeme, mirarme alguna vez con asco no ha sido una broma y de verdad, eso sí que no puede ser más triste…

Solo te voy a pedir que tengas esto en cuenta para futuros autocastigos y te prometo que yo también trataré de no olvidarlo, y no, no te voy a contar que la belleza está en el interior, porque nuestro «envoltorio» merece también respeto y consideración. No podemos obviar que hay un templo que también nos prueba y requiere, que nos reta a ser cuidado. Lo importante es recordar que, al final, estamos encarnados y somos seres físicos.

Simplemente recuerda que lo que vale es lo que veas tú, sin importar lo que te diga otro. Lo que diga desde el que te hiper halaga hasta el que te recuerda, por si no lo sabías, que tienes una mancha en la piel. Qué gente tan observadora, ¡oye!. Así que mírate con un poquito más de mimo, y quiérete más que nunca. Porque tu físico no es todo tu «yo», y al igual que un día amaneces triste y es lícito. Igualmente, un día te levantas maldiciendo tu altura y también lo es. Lo importante al final del día es que te quieras y que le veas el lado bueno: que no te toca cambiar bombillas. Yo veré mi piel y pensaré lo que voy a tardar en ver arrugas, ¿o no?

Sí, es broma, pero créeme, mirarme alguna vez con asco no ha sido una broma y de verdad, eso sí que no puede ser más triste…

¿No quiero ni verme? ¡Venga, hombre!

Vamos a querernos mejor.

 

 

autoconocimientocoachingdesarrollo personalInspirienciasmenteneuroeducaciónSandra Gómez

Sandra Gomez • 3 agosto, 2022


Previous Post

Deja una respuesta

Your email address will not be published / Required fields are marked *